top of page

Primer error: Que el precio sea decisivo.


Este es el primero de los cinco errores a la hora de contratar fotógrafo para tu boda que te quiero contar. Y sí, has leído bien: que el precio sea el factor decisivo es un error.

Ya sé lo que estás pensando: ¡cómo no voy a mirar el precio! ¡Con todos los gastos que salen en una boda!. Y ésa es justamente la clave: los enormes gastos de una boda.

Casarse no es barato, esto es una realidad innegable. Se calcula que el gasto medio de una boda está en torno a los 20.000 euros. Y seguramente muchas parejas superarán ese gasto al final. Quizá no porque pensaran gastarse tanto, pero pasada la boda, comprobarán que gastaron más de lo previsto. Esto tienes que asumirlo.

Por supuesto que se pueden organizar bodas low-cost y no tienen porqué resultar cutres. Se trata de agudizar el ingenio y, normalmente, dedicarle bastante tiempo al hand-made.

Mi consejo es que te marques un presupuesto realista y detallado lo antes posible. Intenta ser coherente. Es decir, coherente en dos aspectos: con vuestros propios gustos y coherente entre las diferentes partidas del presupuesto. No tendría lógica gastarse una fortuna en el vestido y racanear en el menú de los invitados, por ejemplo. O montar una decoración suntuosa, llena de detalles increíbles y tener luego unas fotografías hechas por un aficionado.

Otra pista: gasta más en aquello que dura para siempre y menos en lo que desaparece al día siguiente. En proporción, claro.

¿Y cuanto me gasto en fotografía?

Bien, suele calcularse en un 10% del presupuesto total de la boda, pero esto es muy personal. El problema no debería ser el precio, sino el estilo y calidad del fotógrafo. Las fotos son precisamente de ese tipo de cosas “que duran para siempre”. Las verán en el futuro vuestros hijos (y nietos quizá) y tú misma vas a querer poder decir dentro de unos años: “Qué bien me veo en estas fotos. Era yo misma”.

Es muy triste (te lo aseguro) oír a alguien decir: “Me arrepiento mucho de mi elección. No me gustan nada las fotos de mi boda”. Y esto yo lo he escuchado muchas veces. Y puede que tú también a alguien conocido.

Elegir bien supone poner

tus gastos en perspectiva.

Piensa en esto: ¿cuanta diferencia de precio hay entre el fotógrafo que te gusta de verdad y el que “no me gusta tanto pero es más barato”? ¿300 euros? ¿500? Si lo comparas con el presupuesto total, verás que no es tanto como parecía. O si lo comparas con lo que cuestan otras cosas que desaparecen al día siguiente, como una fuente de chocolate, o una mesa de dulces o un coche de época que usaréis durante un par de horas, tendrás la perspectiva adecuada para saber cuánto has de dedicar al tema de la fotografía.

Quizás tú, querida lectora, ya seas una gran aficionada a la fotografía y tengas todo esto muy claro. Quizá ya tienes un fotógrafo al que sigues desde hace tiempo que te encanta cómo trabaja, cómo cuenta las historias, cómo captura los instantes más mágicos de las bodas. A ti este artículo seguramente no te hacía falta.

Pero si eres de las que esto de la fotografía no se lo habían planteado nunca hasta ahora que te vas a casar, que es casi una obligación. Si siempre has pensado que la cámara no va contigo. Si crees que nunca sales bien en las fotos. Entonces tú necesitas estos consejos. Porque como veremos en los siguientes artículos, un buen fotógrafo (si lo es de verdad) te hará sentir cómoda, te sacará favorecida, no será una molestia para ti y, además, será quien te entregue los más valiosos recuerdos de un día que nunca más volverás a vivir (aunque te casaras otra vez).

Recuerda: una mala elección en un fotógrafo barato

puede ser el error más caro de tu boda.


23 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page