No nos engañemos, lo quieras o no, el día de tu boda vas a ser el centro de todas las miradas. La novia es la protagonista indiscutible de cualquier boda. Aquella a la que todo el mundo (esté o no invitado a la boda) quiere poder ver de cerca. Su vestido, su peinado, su rostro, su actitud serán analizados y comentados por todos. ¡Y no sólo ese día!
Sea cual sea tu carácter, tienes que estar preparada para todo esto. Ese día tú serás “la reina”.
Sé que algunas de vosotras estaréis sintiendo un temblor en las piernas sólo leyendo esto. Otras sólo estaréis deseando que llegue ese momento porque os sentís cómodas siendo miradas (y admiradas). En cualquiera de los casos es importante que visualicéis ese instante, respiréis hondo y que lo preparéis todo muy bien antes de que llegue.
Para las menos acostumbradas a este tipo de situaciones voy a daros unos consejos que os ayudarán a sentiros cómodas mientras todos os observan:
1 - Está claro que una buena elección del vestido facilitará las cosas, ya que será lo primero que los invitados verán de ti cuando te vayas acercando a la ceremonia. Para ello es fundamental contar con un buen asesoramiento. Nuestras madres, hermanas y amigas pueden ser las personas con las que más confianza tengamos, pero no siempre saben ser objetivas. Siempre te verán guapa. La vendedora de la tienda también puede ayudar pues tiene muchos años de experiencia. Pero tendrás que aprender a detectar si te aconseja lo mejor para ti… o lo mejor para ella.
La figura del asesor de imagen puede ser la solución cuando sientes que necesitas la ayuda de un profesional. Sus conocimientos sobre fisonomía y morfología te permiten asegurarte de que ese vestido que te ha entrado por los ojos, además te sienta bien y encaja contigo. Saber que no vas disfrazada es fundamental para sentirte segura ante las miradas de los invitados.
De todas maneras hay algo que les sucede a muchas novias cuando encuentran su vestido ideal y que borra todas las dudas que pudieran tener hasta ese momento: las lágrimas brotan. Es curioso pero así es. Lloran ellas al verse en el espejo o llora su madre o las amigas que han venido a acompañarla. Y las lágrimas, como el algodón, no engañan. ;-)
2 - Respecto al maquillaje y la peluquería yo recomiendo siempre contratar a profesionales. Algunas novias tienen la tentación de permitir a amigas o familiares que sean ellas quienes las maquillen ese día. Y está claro que es muy bonito sentir en esos momentos a tu lado a alguien por quien sientes cariño y tienes tanta confianza. ¡Pero sólo si son expertos en ello!
Nada te impide tener contigo a tu gente querida, pero no te arriesgues a que tu aspecto ese día no esté a la altura. Se exigente en eso. Lo notarás mucho, te lo aseguro. Y lo mismo si es un profesional. Confía en él pero exige en las pruebas que hagáis un resultado que te satisfaga plenamente.
Apreciarás especialmente a las maquilladoras que, además de hacerlo muy bien, den buenos consejos y te ayuden a cuidar tu piel y tu cabello mucho antes de la boda. Por muy buenas que sean en lo suyo, no esperes milagros si no te has cuidado los días previos.
3 - Pero el mejor consejo que puedo darte como profesional de la fotografía es que procures rodearte SÓLO de aquellas personas que te hagan sentir bien. No basta con estar estupenda si tu cara tiene un rictus de tensión o enojo. Eso se nota mucho en las fotos, especialmente en las fotos naturales y sin posados. Y aunque lo pudieras disimular, tú no quieres eso ¡es un día para ser feliz!
No admitas cerca de ti a quien te pone nerviosa, o te altera, o te impide disfrutar de esos momentos tan especiales. Y esto incluye a amigos y familiares, pero SOBRE TODO a los profesionales que estarán a tu lado. Exige siempre un buen trato, cariño, empatía… tienes todo el derecho. Es tu día, tienes que disfrutarlo y nadie tiene porqué arruinártelo.
En este punto cobra (de nuevo) especial relevancia la figura de la wedding planner. Si tienes contigo a una buena profesional, que se ocupa de que todo esté en su sitio, que soluciona problemas e imprevistos sin que tú siquiera te des cuenta y que te permite despreocuparte de todo lo que no sea disfrutar de tu día, entonces podrás confiar y relajarte.
En resumen, estar rodeada de personas que transmiten calma, buen rollo, complicidad y saber que todo el mundo tiene tantas ganas como tú de que todo salga bien, de que sea un día inolvidable, es la mejor receta para sentirte bien y segura de ti misma.
De esta manera los nervios no tienen sentido, la vergüenza no existe y los miedos desaparecen. Tú serás la reina ese día y tu pareja el rey consorte (pobre, él también cuenta jejeje).
Todo el mundo te mirará, es cierto, pero tú sabrás que todo está bien.