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¿Eres de los que se van sin comprar de los sitios sólo porque el dependiente no te ha atendido bien?

 

¿Aunque sepas que vas a pagar más en otro lado?

A mi me pasa lo mismo.

Y bueno, no voy a decir que jamás he pisado una gran superficie, pero donde a mi me gusta comprar es en las tiendas donde conozco al dueño y donde me conocen a mi. Donde siento que me tratan como lo que soy: un cliente, alguien importante y fundamental para su negocio. Donde puedo preguntar dudas con toda confianza porque sé que me aconsejarán lo mejor para mi, no lo mejor para ellos. Donde pago un precio justo a cambio de productos realmente buenos.

 

Ser persona

Cuando hace unos años decidí dedicarme a la fotografía, pensé que el modelo de fotógrafo-divo que yo conocía, ese ser que manejaba aparatos caros que sólo él podía tocar, que conocía los secretos de una ciencia inalcanzable para el resto de los mortales, estaba obsoleto. Y por supuesto no iba conmigo.

Ser fotógrafo, para mi, es saber ser persona. Y saber tratar con personas.

Personas que necesitan tus fotos pero que probablemente están delante de tu objetivo intimidadas por ese aparato que les está apuntando como un arma (fíjate que hasta el término para ambas es el mismo: disparar).

Desde que descubrí todo esto, lo que más me importa es que mi trabajo haga felices a los que me contratan. Soy empático de forma natural, así que empleo esa cualidad para hacer que una simple sesión de fotos se convierta en toda una experiencia de la que guardar un bonito recuerdo.

 

Las bodas me aburrían

En cuanto a las bodas, debo confesar que antes me aburrían mucho. Me parecían todas iguales. Hasta que descubrí que, cuando había tenido ocasión de conocer a los novios con antelación, aquello que estaba sucediendo no sólo no me parecía aburrido, sino que me importaba un montón. Y entonces me interesaban las miradas cómplices de los novios, sus manos entrelazadas y sus lágrimas. Por eso acabo riendo con ellos y llorando con ellos. Pero bueno, uno es un profesional, así que me seco enseguida los ojos con la manga y sigo disparando. :-)

Ahora mis clientes son lo más importante. Sus sentimientos son lo más importante. No me conformo con entregar fotografías atractivas (aunque me esfuerzo por lograr las mejores imágenes en cada sesión), lo que más me importa es que mi trabajo les haga felices. Contribuir a que vivan un día realmente especial con mis consejos y mi apoyo. Que algo se les mueva dentro cuando vean su reportaje dentro de unos años, que los ojos se les empañen reviviendo aquel día a través de mi mirada.

Eric Parey

Tel. +34 626 44 11 54

eric@ericparey.com

Fotógrafo de bodas en Tarragona, Barcelona, Santander, Zaragoza y Logroño.

Soy miembro de estos prestigiosos portales

de fotografía nupcial:

¿Quieres saber más de mi?

La historia de mi vida (resumida)

Mi interés por la fotografía estuvo ahí prácticamente desde siempre. A los 15 años ya me había comprado una cámara réflex de segunda mano (que aún conservo) y andaba por todas partes con ella. Sin embargo, cuando me planteé elegir una profesión, curiosidades de la vida, no elegí esa afición, sino la otra que tenía por aquel entonces: el dibujo. Dedicarme a fotografiar bodas y comuniones no me atraía lo más mínimo por aquel entonces. No me gustaban nada las bodas que se hacían en esa época. Y eso que a mi me fue bien con la mía. 

 

Así que estudié Dibujo Publicitario y fui diseñador gráfico durante más de 20 años en ciudades como Zaragoza, Santander o Palma de Mallorca. Si he de ser sincero, lo mío no fue una revelación. Más bien fue como una semilla que germinó poco a poco. La fotografía estaba ahí y me llamaba, aunque hacía tiempo que había dejado de hacer fotos que luego iban a parar a un cajón sin un destino concreto. Pero la revolución digital me dio la excusa perfecta: las fotos ya no ocupaban espacio… ni había que gastar en carretes. Así fue como empecé a compaginar mi profesión con pequeños trabajos de fotografía. Y decidí formarme, primero en Mallorca, donde vivía por aquel entonces, y después en Barcelona. Estudié fotografía publicitaria porque estaba convencido de que ése era mi camino tras 20 años metido en agencias de publicidad. Pero no. Tras un viaje a Madrid al congreso de fotografía nupcial BodaF, me di cuenta de lo que se podía hacer en un reportaje social. Nada que ver con lo que yo recordaba, las bodas habían cambiado mucho en los últimos años. 

 

Y aquí me tenéis, convencido de que he nacido para esto, aunque haya tardado casi 30 años en darme cuenta. 

Tú también puedes contarme tu historia.

¿Cómo puedo ayudarte?

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